Reforma de fachadas

By junio 14, 2017 Noticias No Comments

Cada vez más comunidades de propietarios deciden invertir en realizar obras en los edificios que mejoren la eficiencia energética de los mismos.

Actualmente existen 2 opciones principales de materiales a utilizar:

Sate: Sistemas de Aislamiento Térmico Exterior, probados en millones de metros cuadrados construidos en Europa, adaptables a cada necesidad de proyecto tanto en aislamiento como en acabados y que aportan estéticas de una variedad en texturas y colores infinita.No añaden peso a la fachada ya que el aislamiento es muy ligero, cierran filtraciones de aire no deseadas y por norma general, son más económicas que las fachadas ventiladas.

En cuanto al precio, varia según cada método y aunque una fachada ventilada es en torno a un 20% más cara, su calidad de acabado es superior y su coste de mantenimiento inferior.

Ventilada: es una piel que se pone en edificio sin tocar la fachada antigua.Se deja un espacio entre ambas por el que circula el aire y que actúa de aislante térmico.La existencia de juntas entre piezas de la fachada, evita los problemas  típicos de la dilatación, por lo que presentan un buen aspecto durante mucho tiempo.Se considera el sistema más eficaz para solucionar problemas con el aislamiento del edificio, eliminando los puentes térmicos ,así como los problemas de condensación y humedades.Por otro lado, mejora la estética del edificio ya que utilizan materiales altas calidades y se ocultan cableados, conductos de agua, gas, etc….

En verano esta piel exterior, se calienta creando un efecto chimenea desalojando el aire caliente  y renovando lo por uno más frío.En invierno, el aire en  la cámara se calienta pero no lo suficiente como para crear el mismo efecto y se conserva mejor el calor

Tiene un mantenimiento mínimo, al ser un sistema placa por placa esto posibilita las reparaciones sin necesidad de picar muro.

Ambos sistemas revalorizan económicamente el inmueble, mucho más que la simple restitución de la fachada.

Los sistemas reducen el riego de condensaciones.

Ofrecen un ahorro energético de entre 40 y un 45%